Nave espacial descubre un planeta gigantesco 12 veces más masivo que Júpiter.
Y eso no es todo lo que Gaia logró detectar.
Un nuevo hallazgo astronómico ha permitido identificar un exoplaneta denominado Gaia-4b, situado a aproximadamente 244 años luz de la Tierra y que tiene una masa doce veces mayor que la de Júpiter. Junto a este exoplaneta, se ha encontrado un enigmático enano marrón, llamado Gaia-5b, que orbita también en la periferia de estrellas más pequeñas que nuestro sol. En este caso, Gaia-5b se encuentra a una distancia de 134 años luz.
La European Space Agency (ESA) fue la responsable de estas descubrimientos gracias a su sonda Gaia, que ahora ha concluido sus operaciones científicas tras agotar su combustible. Aunque las observaciones de Gaia finalizaron el 15 de enero, estos descubrimientos marcan una antesala de un esperado lanzamiento de datos masivos que tendrá lugar el próximo año.
Matthew Standing, un investigador en la ESA, expresó que estos hallazgos representan solo una pequeña muestra de las potenciales futuras revelaciones sobre exoplanetas que se esperan gracias a la misión Gaia. Actualmente, se ha superado la cifra de 5,800 exoplanetas confirmados, con miles de candidatos en revisión, lo que representa solo una fracción de los planetas que podrían existir en el universo, donde se estima que hay billones de estrellas en cientos de miles de galaxias.
Gaia-4b es considerado un planeta "super-Júpiter", un gigante gaseoso relativamente frío que completa su órbita en torno a su estrella en aproximadamente 570 días terrestres. Se estima que la estrella a la que orbita tiene un 64% de la masa del sol, lo que convierte a Gaia-4b en uno de los planetas más grandes registrados alrededor de una estrela de baja masa. Por su parte, el enano marrón, que no alcanzó las condiciones necesarias para convertirse en una estrella, tiene una masa alrededor de 21 veces mayor que la de Júpiter, que equivale a aproximadamente 318 veces la de la Tierra.
La técnica utilizada por la sonda Gaia para detectar este exoplaneta se basa en la observación del "wobble" o movimiento oscilatorio de las estrellas, conocido como astrometría. Desde su lanzamiento en 2013, Gaia ha realizado estudios utilizando un par de telescopios ópticos para escanear el cielo. Gracias a su precisión, los científicos están convencidos de que los datos obtenidos darán pie a una multitud de nuevas detecciones en el futuro.
El telescopio WIYN de 3.5 metros en el Observatorio Nacional Kitt Peak, ubicado en Tucson, Arizona, desempeñó un papel clave al realizar observaciones de seguimiento que ratificaron los hallazgos iniciales. Guðmundur Stefánsson, autor principal del estudio, comentó sobre la rareza de encontrar planetas masivos alrededor de estrellas de baja masa, añadiendo que cuando estos fenómenos ocurren, generan un "wobble" más pronunciado, facilitando su detección.