
Remake y reboot: ¿en qué se diferencian y cómo reconocerlos?
¿Conoces la diferencia entre un remake y un reboot? A pesar de que pueden parecer parecidos, existe un aspecto fundamental que los separa. A continuación, te aclaramos cómo identificarlos.
Los términos “remake” y “reboot” son comúnmente escuchados en el ámbito del cine y la televisión. Aunque parecen tener un significado similar y a menudo se emplean de forma intercambiable, realmente existe una distinción importante entre ambos. A continuación, se detallan las características que diferencian un remake de un reboot.
Un remake consiste en una nueva interpretación de una película o serie que ya ha sido producida anteriormente. En este tipo de adaptación, la esencia de la historia, los personajes y otros elementos clave generalmente se mantienen, aunque es habitual que se modernicen ciertos detalles. Un buen ejemplo es The Longest Yard, lanzada en 2005 y protagonizada por Adam Sandler, que sigue la misma trama que la versión de 1974, pero en un contexto más acorde a su época. Algunos remakes son muy fieles al original, como Psycho de 1998, dirigida por Gus Van Sant, que replicó el clásico de Alfred Hitchcock escena por escena. Otros, como Scarface de 1983, toman más libertades creativas, transformando la narrativa de la versión original de 1932 para ajustarse a su tiempo. Si reconoces un contenido como “el mismo pero con nuevos actores y mejores efectos”, se trata de un remake.
Por otro lado, un reboot ocurre en el contexto de franquicias cinematográficas. Cuando los creadores deciden reiniciar una saga borrando por completo lo que ha sucedido anteriormente, están creando un reboot. Este enfoque no solo actualiza la historia, sino que también reinventa el universo narrativo, desvinculándose de las conexiones de las entregas anteriores. Un ejemplo emblemático es Casino Royale de 2006, que reinició la historia de James Bond, eliminando décadas de continuidad y presentando a un nuevo 007 al inicio de su carrera. Otro caso es Friday the 13th de 2009, que incorporó elementos de varias cintas de la saga original para establecer su propia cronología. Así, un reboot se define por la eliminación del pasado y la introducción de una narrativa renovada.
Es posible que una película cumpla funciones tanto de remake como de reboot. Este es el caso de películas con múltiples secuelas que vuelven a contarse. La clasificación depende del grado de respeto hacia la historia original. RoboCop de 2014 es un ejemplo complicado; si bien sigue la trama de la película de 1987 sobre un policía asesinado que se convierte en un cyborg, al ignorar las secuelas previas y relanzar la franquicia, también puede considerarse un reboot. Situaciones similares ocurren con King Kong de 2005, que recrea la historia de la versión de 1933, pero al ser parte de una franquicia con múltiples secuelas, podría ser etiquetada también como reboot.
En conclusión, aunque la diferencia entre un remake y un reboot puede resultar confusa, la clave radica en el tratamiento de la historia original. Si se presenta como una nueva versión manteniendo la trama básica, se trata de un remake. Si se reinicia la franquicia eliminando lo anterior, es un reboot. En algunos casos, como ocurre con RoboCop o King Kong, se pueden combinar elementos de ambas categorías. En el futuro, cuando observes un nuevo estreno, podrás identificar si es un remake, un reboot o una combinación de ambos.