
Prepararse ante una crisis cibernética.
Cómo preparar tu negocio para un ciberataque.
La frase "Una buena preparación y planificación previene un rendimiento deficiente" es un antiguo adagio que ha sido utilizado por el Ejército Británico durante siglos. Este dicho resalta la importancia de tener un plan bien estructurado, que ayuda a mantener a los equipos en camino, a gestionar los presupuestos de manera eficiente y a alcanzar los objetivos planteados. Aunque la mayoría de las organizaciones no enfrentan tanques o misiles, sí se encuentran amenazadas constantemente por ataques cibernéticos. Por ello, la preparación de los empleados para afrontar cualquier desafío es crucial.
La preparación ante un ciberataque implica contar con una sólida gestión de crisis cibernéticas apoyada por individuos con habilidades adecuadas para facilitar decisiones efectivas, liderazgo firme y aprendizaje a partir de las experiencias. Estar listo en esta área puede marcar la diferencia entre un incidente cibernético manejado de forma adecuada y una crisis mayor.
Los incidentes de ciberseguridad recientes han enseñado importantes lecciones. Aunque suele existir una gran atención sobre las amenazas futuras, es vital no olvidar los acontecimientos pasados. Por ejemplo, al descubrirse la vulnerabilidad de Log4Shell en diciembre de 2021, se evidenció que un tercio de las aplicaciones afectadas eran susceptibles a la ejecución remota de código. La solución a este problema, que era fácil de implementar mediante actualizaciones, subrayó la necesidad crítica de una gestión proactiva de vulnerabilidades y de una respuesta a incidentes efectiva.
Poco tiempo después, la vulnerabilidad de MOVEit, que impactó a más de 2,600 organizaciones y afectó a cerca de 90 millones de personas, demostró de nuevo la importancia de la preparación, aunque requería un enfoque diferente debido a ser una vulnerabilidad de día cero. En este caso, la comunicación clara, transparente y oportuna con los interesados fue fundamental para gestionar expectativas y mantener la confianza durante el incidente.
Estos dos eventos, aunque requirieron respuestas diversas, transmiten el mismo mensaje sobre la relevancia de estar preparados. Durante una crisis, los líderes sienten una intensa presión, donde cada decisión importa. Por lo tanto, es esencial contar con un marco de toma de decisiones que equilibre las necesidades urgentes con los objetivos a largo plazo.
Un buen punto de partida durante una crisis es recopilar información precisa y relevante para entender la magnitud de la situación y sus posibles impactos. Además, es crucial establecer fuentes confiables que permitan valorar la extensión de la crisis y realizar decisiones acertadas, evitando así la propagación de información no verificada que genere pánico.
Es fundamental que los líderes tengan claro cuáles son sus prioridades y enfoques estratégicos antes de una crisis. Evaluar cómo proteger a las personas y qué sistemas son cruciales para mantener los servicios es parte del proceso de mitigación de crisis. Además, alinearse con la misión y los valores del organismo garantizará respuestas que sean tanto efectivas como coherentes con sus principios.
Durante un incidente, la comunicación clara y transparente se convierte en un elemento esencial. Los interesados deben ser informados regularmente para gestionar sus expectativas. Si bien una empresa puede manejar bien los aspectos técnicos de un incidente cibernético, la falta de gestión adecuada de la comunicación puede resultar en una cobertura mediática negativa y una posible reacción adversa de los clientes.
Los líderes también deben permanecer flexibles y adaptables ante la evolución de la crisis. Los incidentes cibernéticos son dinámicos, y la información puede cambiar rápidamente. Adaptar las estrategias basándose en el feedback de los involucrados permite una mejor gestión de crisis.
La práctica constante es clave para estar preparado. No es suficiente con elaborar planes; es necesario probar y refinarlos regularmente. Un marco efectivo para la gestión de crisis debe incluir roles y responsabilidades bien definidos, así como protocolos de comunicación. Simulaciones y ejercicios regulares son esenciales para asegurar que los equipos estén listos ante emergencias reales.
Después de un incidente cibernético, resulta vital revisar el marco de respuesta, analizando su efectividad y detectando áreas de mejora. Las sesiones de análisis permiten a los líderes identificar éxitos y brechas en el proceso de respuesta, asegurando que la organización esté mejor equipada para futuros incidentes. Finalmente, mantener una cultura de mejora continua es fundamental para preservar un estado robusto de preparación ante crisis.
Los ataques cibernéticos seguirán en aumento, pero la preparación puede evitar que un ataque se convierta en una crisis mayor. La clave está en tener un plan de gestión de crisis proactivo y regularmente testeado.