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Omi, un nuevo dispositivo portátil de IA, intenta leer tus pensamientos.

¿Qué se necesitaría para llevar la inteligencia artificial en el rostro?

Nik Shevchenko cierra los ojos y se concentra profundamente. Durante la última media hora, me ha hablado de su nuevo producto, un dispositivo portátil llamado Omi, que cuesta $89 y tiene la capacidad de escuchar, resumir y extraer información de las conversaciones. Ahora, está a punto de mostrarme lo que considera el futuro. Con los ojos cerrados, dirige toda su atención hacia un pequeño dispositivo blanco que tiene adherido a su templo izquierdo con cinta médica, lo cual resulta bastante distractor.

“¿Qué opinas sobre The Verge, como sitio de noticias?” pregunta Shevchenko, sin dirigirse a nadie en particular. Tras unos quince segundos de espera, su teléfono emite una notificación que contiene información generada por inteligencia artificial sobre la reputación de The Verge como fuente de noticias. Shevchenko parece emocionado, pero también un poco aliviado. El dispositivo ha sido capaz de leer sus ondas cerebrales para comprender que estaba hablando con él y no conmigo, y respondió a su pregunta sin necesidad de ningún tipo de aviso.

Hasta ahora, esto es lo único que Omi puede realizar en cuanto a la interfaz cerebro-computadora. Shevchenko menciona que el dispositivo es bastante frágil: “Solo entiende un canal, es un solo electrodo”. Lo que realmente busca desarrollar es un aparato que reconozca cuando le hablas y cuando no, con la aspiración de que eventualmente pueda entender y almacenar tus pensamientos. Aunque lo describe como ciencia ficción, sostiene que posiblemente sea factible en dos años. Si esto se concreta, cree que podría cambiar la forma en que interactuamos con nuestros dispositivos de inteligencia artificial.

Por el momento, el propósito real de Omi es mucho más sencillo: es un dispositivo que escucha continuamente y que se puede usar colgado del cuello. Su batería dura aproximadamente tres días con una sola carga. No necesita una palabra de activación, lo que permite hablarle directamente ya que está siempre encendido. Se puede describir a Omi como un 80% compañero y un 20% asistente como Alexa. Este dispositivo es capaz de resumir reuniones o conversaciones y ofrecerte tareas pendientes. Durante nuestra charla, Shevchenko mencionó el precio del Bitcoin y, unos segundos después, recibió una notificación con la respuesta a su pregunta desde la aplicación Omi.

Para Shevchenko, Omi actúa principalmente como un mentor personal. Relata que nació en un lugar remoto en una isla cerca de Japón y siempre deseó estar más cerca de los visionarios tecnológicos que admiraba de joven. Durante años, intentó contactar a personas como Mark Zuckerberg y Elon Musk para pedirles consejos, pero no recibió mucha respuesta. Sin opciones reales, decidió crear su propia herramienta. Omi ya cuenta con un producto llamado “Personas”, que permite crear un bot que imita la persona de cualquier usuario de X solo ingresando su nombre de usuario. Cuando comparte su pantalla, se puede ver que ha estado interactuando con un AI que simula ser Elon Musk. “Me ayuda a entender en qué debo trabajar mañana”, dice Shevchenko. “O cuando estoy hablando con alguien y no sé la respuesta, me da un pequeño empujón; a veces me dice que estoy equivocado.” Su wearable le ha recordado constantemente que debe descansar más desde que le oyó decir que se sentía enfermo.

El fundamento tecnológico de Omi es en realidad bastante simple, ya que se basa en un micrófono. Sin embargo, la inteligencia artificial es lo que representa la verdadera innovación. La mayoría de las personas no utilizarán Omi de la misma manera que Shevchenko. Se espera que el producto se envíe de manera general en el segundo trimestre de este año, y él menciona que las 5,000 personas que tienen una versión preliminar del dispositivo lo utilizan para recordar cosas, buscar información y realizar tareas comunes que suelen hacer los asistentes de IA.

Omi tiene similitudes con otros dispositivos, como el Limitless Pendant y un wearable llamado Friend. Shevchenko había acusado previamente al CEO de Friend, Avi Schiffmann, de apropiarse de su trabajo, lo que desató una serie de intercambios en redes sociales y hasta un rap de crítica. El dispositivo Omi fue llamado Friend durante un tiempo, pero el cambio de nombre fue para evitar confusiones y porque Schiffmann adquirió Friend.com por $1.8 millones, lo que le otorgó una gran visibilidad en búsquedas.

Shevchenko se muestra confiado en que Omi puede superar a esos otros dispositivos. Todo el código de Omi es de código abierto y ya hay 250 aplicaciones disponibles en su tienda. El enfoque de la empresa es convertirse en una plataforma amplia, más que simplemente un dispositivo o aplicación específica; el dispositivo en sí es solo una parte del conjunto. Omi utiliza modelos de OpenAI y Meta para mejorar rápidamente su producto. Aunque existen preocupaciones subyacentes, es evidente que los modelos de inteligencia artificial actuales ya son lo suficientemente avanzados como para considerarse auténticos compañeros para millones de personas. Lo que estos “amigos bots” requieren son más datos sobre ti y más maneras de asistirte. Omi propone que el primer paso es un micrófono que esté siempre activo, seguido de una tienda de aplicaciones y, eventualmente, la integración de la tecnología cerebral.