Netflix enfrenta dificultades con el combate Tyson vs Paul; Beyoncé podría causar un gran impacto.
No provoques a la Colmena.
La reciente transmisión en vivo del combate entre Mike Tyson y Jake Paul a través de una plataforma de streaming ha dejado un sabor amargo en la audiencia, y no por el desempeño en el cuadrilátero. Aunque el combate fue como se esperaba, con un marcado contraste entre la juventud y la experiencia, la verdadera decepción provino de la calidad de transmisión de Netflix, que, aunque cuenta con cientos de millones de suscriptores, no pudo manejar el altísimo volumen de espectadores. Reportes indican que hasta 65 millones de usuarios experimentaron problemas de conexión, lo que llevó a que muchos enfrentaran imágenes distorsionadas y constantes interrupciones.
El evento, que abarcó un total de tres horas y presentó varios combates preliminares, incluyó peleas notables como la revancha de boxeo entre Amanda Serrano y Katie Taylor. A lo largo de la noche, los problemas de rendimiento de Netflix se hicieron evidentes, con cortes y un servicio que en ocasiones era comparable a una conexión de internet de los años 90. Este fallo técnico fue ampliamente discutido en redes sociales, mientras que Downdetector, una plataforma que monitorea el rendimiento de diferentes servicios, reportó miles de quejas por el mal funcionamiento.
A pesar de la situación, Netflix informó que 60 millones de hogares se conectaron para ver el enfrentamiento entre Tyson y Paul, y que el evento logró cifras similares con los combates preliminares. Sin embargo, la experiencia de visualización fue frustrante, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad de la plataforma para manejar eventos deportivos en vivo, especialmente con la próxima actuación de Beyoncé en Navidad para un juego de la NFL, que se anticipa atraerá a una gran audiencia.
A medida que Netflix se adentra en el espacio de los deportes en vivo, es fundamental mejorar su infraestructura para evitar una repetición de estos inconvenientes, ya que esto podría desatar la ira de los fans, tanto del boxeo como de la música. La presión aumenta, y si la plataforma no se prepara adecuadamente, podría enfrentar una crítica dura cuando millones se reúnan para ver a Beyoncé. La compañía no puede permitirse una mala transmisión similar y debe asegurarse de tener suficiente capacidad para manejar la demanda de su creciente audiencia en este tipo de eventos.