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La lista negra revolucionó la industria cinematográfica. El mundo editorial será el siguiente.

El fundador de Black List, Franklin Leonard, expresa que le costó unirse al mundo de la publicación. Comenta que no es bien visto llegar y decir: "Soy de Hollywood y vengo a ayudarles."

Desde su lanzamiento en 2005, la Black List ha demostrado ser una herramienta esencial para la industria cinematográfica, acumulando 54 premios de la Academia y 267 nominaciones. Esta plataforma se ha convertido en el recurso preferido de los profesionales de Hollywood para descubrir a escritores talentosos y guiones destacados, con obras como The Social Network y Selma destacándose tras ser seleccionadas en su encuesta anual.

Su fundador, Franklin Leonard, apunta que tenía claro que existían escritores y guiones de calidad fuera del ecosistema tradicional de Hollywood, y su intención siempre fue crear un sistema que beneficiara a todos los involucrados. Con el tiempo, la Black List se estableció firmemente como una marca y sitio web en 2012, convirtiéndose en una fuente fundamental para agentes, productores y estudios en busca de nuevos éxitos. A lo largo de casi dos décadas, ha visibilizado miles de guiones y pilotos de televisión, y actualmente cuenta con aproximadamente 7,000 profesionales del entretenimiento en su red.

Recientemente, en septiembre, Leonard decidió dar un nuevo paso al ingresar al ámbito literario al permitir que se presenten manuscritos de ficción en la plataforma. Para guiar esta expansión hacia la publicación, incorporó a Randy Winston, exdirector de programas de escritura en el Centro de Ficción de Nueva York.

El funcionamiento de esta nueva iniciativa permite que escritores interesados creen un perfil de manera gratuita, suban sus manuscritos de novela de cualquier género pagando una tarifa mensual ($30) y opten por recibir retroalimentación de profesionales literarios por un costo adicional ($150). Al igual que con la Black List de cine, los mejores manuscritos se presentan en el boletín de suscriptores de Leonard, asegurando que lleguen a los correos de influyentes en la industria editorial.

Interesado por esta expansión, se realizó una entrevista con Leonard para explorar su visión sobre el tema. En un momento de la conversación, se le preguntó sobre su confianza en poder repetir el éxito obtenido anteriormente. Leonard admitió que le costó lanzarse a esta nueva aventura, siendo consciente del estigma que puede acarrear "el salvador de Hollywood". Sin embargo, tras varias reuniones con agentes de libros, se dio cuenta de que existía una necesidad genuina en el sector, lo que lo llevó a reflexionar sobre cómo podría adaptar el modelo para asegurar su efectividad.

En cuanto a la resistencia al cambio en instituciones como Hollywood y la publicación, Leonard comentó que uno de los obstáculos más significativos es la abrumadora cantidad de material que se produce anualmente. Hay más guiones y novelas escritos de los que cualquier persona o grupo editorial podría llegar a leer, lo que complica la capacidad de estas industrias para adaptarse y evolucionar.