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Just Dance VR: la forma más divertida (y arriesgada) de jugar.

Just Dance se adapta perfectamente al Meta Quest 3S gracias a una nueva versión en realidad virtual, aunque es importante tener precaución sobre el lugar donde se elige jugar.

Desde su lanzamiento en 2009, la serie Just Dance de Ubisoft se ha mantenido en constante movimiento, entregando nuevas ediciones anualmente desde su debut en Nintendo Wii. A pesar de su éxito y su evolución en diversas consolas, es innegable que la serie alcanzó su máximo esplendor en la Wii, dado que su diseño se adaptaba perfectamente a los controles de movimiento de esa consola. Por esta razón, resulta sorprendente que haya pasado tanto tiempo para que Just Dance llegara a la realidad virtual.

Mientras que se ha anunciado una edición estándar para consolas en 2025, los nuevos dispositivos como el Meta Quest 3S recibirán una versión adaptada que aprovecha la tecnología de realidad virtual. No es sorpresa que Just Dance se adapte bien al entorno de VR, ofreciendo una alternativa divertida para quienes buscan mantenerse activos mientras utilizan sus dispositivos. Esta nueva experiencia probablemente representa la mejor forma de disfrutar de la franquicia desde los días de la Wiimote, aunque viene acompañada de un importante aviso: es fundamental tener un espacio adecuado para evitar accidentes.

Durante una sesión de juego con el Quest 3S, fue evidente la integración del juego en realidad virtual, aunque también se presentaron ciertos desafíos. Al acceder al menú, el contenido de selección era limitado, con solo 25 canciones en comparación con las 40 de la edición de consola. La lista incluía temas que parecen sacados de un compilado de éxitos del pasado, lo que puede resultar algo desconcertante dado que no incluye melodías más recientes.

La interfaz de usuario presenta una curva de aprendizaje que puede complicar la transición al formato de VR. Al elegir mi primera canción, tuve que adaptarme rápidamente a las instrucciones de baile que aparecían en la pantalla, lo que inicialmente dificultó el seguimiento correcto de los movimientos. Sin embargo, al concentrarme en el bailarín virtual que modelaba cada paso, logré encontrar el ritmo y comenzar a disfrutar de la experiencia.

A medida que me dejaba llevar por el juego, reviví la nostalgia de la era de la Wii, utilizando los controladores Touch Plus en lugar de la Wiimote, y me sorprendió lo entretenido que resultó. El componente de ejercicio es uno de los principales atractivos de la realidad virtual, y Just Dance VR ofrece eso de manera efectiva. Pero no todo fue perfecto. En medio de la diversión, accidentales golpes ocurrieron, como el momento en que, al bailar, golpeé una estantería. Esto resalta una de las limitaciones de jugar en un entorno de realidad virtual: la dificultad para visualizar el espacio físico real.

A pesar de que hay mejoras en la tecnología de realidad aumentada en los headsets modernos, como el Meta Quest 3S, que proporciona mejor visibilidad del entorno, aún hay un largo camino por recorrer para optimizar por completo la experiencia de Just Dance en realidad virtual. Un futuro posible podría integrar más elementos de realidad mixta en el juego para enriquecer la experiencia y evitar los inconvenientes derivados de la falta de conciencia espacial en VR.

Aunque Just Dance VR se lanzará el 15 de octubre para los headsets Meta Quest, es claro que este título tiene un gran potencial por desarrollar en futuras iteraciones.