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Ford enfrenta una multa de 165 millones de dólares por actuar con lentitud en un llamado a revisión de cámaras retrovisores.

La segunda sanción más elevada impuesta por NHTSA en la historia.

Ford ha llegado a un acuerdo para pagar una sanción que podría alcanzar los $165 millones tras la decisión de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) sobre el retraso de la empresa en la retirada del mercado de vehículos con cámaras de visión trasera defectuosas. Además, se determinó que la compañía no proporcionó información de recall de forma precisa y completa. Esta multa es la segunda más alta en la historia, superada solo por los $200 millones que se impusieron a Takata.

El recall, emitido originalmente en 2020, afecta a más de 600,000 vehículos fabricados desde 2019, incluyendo modelos como el Ford F-150, Mustang, Escape, Ranger y Expedition, así como los Lincoln Nautilus y Corsair. Los vehículos involucrados presentan un problema en la cámara de visión trasera que en ocasiones muestra una “imagen en blanco o distorsionada.” Ford, por su parte, afirma que no se han reportado accidentes ni lesiones debido a este defecto.

De acuerdo al acuerdo, Ford deberá abonar $65 millones de forma inmediata, seguidos de un pago diferido de $55 millones y una inversión adicional de $45 millones que será destinada al desarrollo de una infraestructura de datos de seguridad y un laboratorio de pruebas para los componentes de las cámaras de visión trasera.

Una representante de Ford, Maria Buczkowski, explicó en un comunicado que "valoran la oportunidad de resolver este asunto con la NHTSA y siguen comprometidos con la mejora continua de la seguridad y el cumplimiento en Ford". También indicó que ya se están llevando a cabo mejoras significativas, que incluyen avances en análisis de datos y la creación de una nueva instalación de pruebas interna.

Además, la NHTSA exige a Ford revisar todos los recalls emitidos en los últimos tres años para garantizar que se han gestionado adecuadamente. También se designará a un tercero independiente para supervisar el cumplimiento de Ford con el acuerdo de la NHTSA.