La búsqueda de dominio de Elon Musk se ha vuelto global.
Después de consolidar su influencia en la política republicana de Estados Unidos, el industrial que ahora está incidiendo en la política europea también está emergiendo como un referente de la extrema derecha a nivel internacional.
Elon Musk, propietario de X y centibillionario, ha emergido como una figura clave en la política de derecha y republicana durante las elecciones en Estados Unidos, favoreciendo el regreso de Donald Trump a la presidencia. Sin embargo, parece que su incursión en el ámbito político apenas comienza. Desde la victoria de Trump, Musk ha comenzado a influir también en la política europea, generando controversias en el Reino Unido y anunciando una discusión en X Spaces con Alice Weidel, líder del partido alemán de derecha Alternative für Deutschland (AfD), en preparación para las elecciones en Alemania en febrero.
Según João Vieira Magalhaes, profesor asistente en la Universidad de Groningen, Musk puede ser visto como un líder del far-right a nivel internacional, articulando un movimiento que, aunque ya existe, se presenta de forma fragmentada. A través de X y su gran presencia mediática, Musk está unificando y promoviendo la extrema derecha en todo el mundo.
Durante las elecciones estadounidenses, Musk se consolidó como uno de los principales aliados de Trump, apoyando y financiando su campaña mediante America PAC y apareciendo en la ruta electoral con él. Su control sobre X le permitió elevar los puntos de vista de la campaña, facilitando el regreso de figuras previamente prohibidas en la plataforma. Investigaciones recientes indican que la interacción con las publicaciones de Musk y otros conservadores aumentó tras su respaldo público a Trump, lo cual Magalhaes denomina una “moderación de contenido illiberal”.
En diciembre, el gobierno alemán acusó a Musk de interferir en las elecciones del país después de que escribió un artículo en el cual apoyaba al AfD. Este partido, que ascendió al poder tras la crisis de refugiados de 2015, tiene una postura radicalmente anti-inmigrante. Recientemente, se conoció que miembros del AfD se reunieron con líderes políticos de extrema derecha y neo-nazis para discutir planes de deportación masiva en caso de obtener más poder, lo que llevó a que sus actividades fueran monitoreadas por agencias de inteligencia. El AfD ha aprovechado bien las redes sociales para ganar apoyo, lanzando anuncios anti-inmigrantes que en ocasiones violaban las políticas de las plataformas involucradas.
En respuesta al artículo de Musk, Weidel publicó un video agradeciéndole y deseándole lo mejor junto a Trump. No obstante, Alemania no es el único país donde Musk está incursionando en política. Desde la conclusión de las elecciones en EE. UU., también ha atacado al primer ministro británico Keir Starmer, llamándolo a rendir cuentas y sugiriendo su encarcelamiento. Starmer representa uno de los pocos gobiernos de izquierda en países desarrollados, lo que ha motivado a Musk a ser especialmente enérgico en sus críticas.
Además, Musk ha promovido teorías de conspiración sobre bandas de “grooming” musulmanas en el Reino Unido, y ha exigido la liberación de Tommy Robinson, un activista de extrema derecha con un historial de contenido racista. Aunque inicialmente Farage, líder de Reform UK, mostró desacuerdo con Musk, en una reciente aparición en su programa de televisión, pareció cambiar de postura al cuestionar la prisión de Robinson.
En Brasil, Musk también tuvo desencuentros con las autoridades cuando se negó a cumplir con órdenes judiciales que buscaban la eliminación de cuentas y contenido en X que comprometían la integridad de las elecciones, una situación que culminó con la incautación de fines contra él y su empresa Starlink. Las acciones de Musk fueron vistas como un intento de socavar la democracia de Brasil.
Musk no solo se está posicionando como un vínculo entre diferentes grupos políticos y sociales a nivel internacional, sino que su participación política también podría beneficiar sus intereses empresariales al reducir regulaciones que afectan a las redes sociales en Europa. La Unión Europea investiga a X por posibles violaciones de la Ley de Servicios Digitales, lo que podría resultar en sanciones para la plataforma. En Italia, se encuentra buscando un acuerdo con el gobierno de Giorgia Meloni para lanzar comunicaciones satelitales a través de Starlink, por un valor de $1.5 mil millones.
En suma, Musk parece decidido a convertirse en una fuerza política que trasciende las fronteras nacionales, ofreciendo un espacio para que las perspectivas de derecha florezcan en debates contemporáneos.