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Prohibir TikTok no garantizará la privacidad de los datos en Estados Unidos.

Nuevas regulaciones sobre redes sociales y protección de datos se implementarán.

El 10 de enero de 2025, la Corte Suprema de Estados Unidos tomará una decisión crucial sobre el futuro de TikTok en el país, considerando la posibilidad de un ban al popular aplicativo de compartición de videos. En abril de 2024, el presidente saliente Joe Biden firmó un proyecto de ley de ayuda exterior que otorga a ByteDance, la empresa matriz de TikTok, un plazo de nueve meses para desprenderse de sus operaciones en EE. UU. o enfrentar la prohibición. Este plazo está por expirar el 20 de enero, aunque puede ser prorrogado.

Entre los principales motivos de oposición a TikTok se encuentran la protección infantil, la seguridad nacional, la influencia extranjera y la privacidad de datos. Los legisladores estadounidenses están especialmente preocupados por el control chino sobre una plataforma que cuenta con aproximadamente 170 millones de usuarios activos en el país. Sin embargo, la prohibición de TikTok no resolvería los problemas de privacidad de datos que enfrentan los estadounidenses.

Es necesario resaltar que TikTok no es la única plataforma en línea que presenta riesgos para la privacidad de los datos de los usuarios estadounidenses. El aplicativo es conocido por su política de privacidad invasiva; aquellos que se registran deben entregar una gran cantidad de información personal, como nombre, edad, dirección de correo electrónico y foto de perfil, junto con detalles sobre sus actividades en la app.

Paradójicamente, esta situación no es exclusiva de TikTok. Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram, Threads y WhatsApp, opera de manera similar y a una escala mucho mayor, acumulando al final de 2023 cerca de 4 mil millones de usuarios activos en EE. UU. Esto plantea la cuestión de si la propiedad china de TikTok realmente aumenta el riesgo de que los datos de los estadounidenses caigan en manos de un gobierno extranjero.

La alarma se intensificó a fines de 2022 cuando cuatro empleados de ByteDance fueron despedidos tras acceder ilegalmente a datos de periodistas estadounidenses, incluida la ubicación de sus direcciones IP, lo que generó un consenso sobre que TikTok representa una amenaza a la seguridad nacional y provocó la prohibición del uso de la app en dispositivos gubernamentales.

No obstante, las empresas estadounidenses tampoco son inmunes a incidentes de privacidad. Escándalos pasados, como el de Cambridge Analytica en 2018, donde se malversaron los datos de 87 millones de usuarios de Facebook, demuestran que los datos de los estadounidenses pueden no estar más seguros en manos de empresas locales. Además, ciberataques recientes, como el de Salt Typhoon que afectó a las principales telecomunicaciones de EE. UU., subrayan la vulnerabilidad de la seguridad de datos en el país.

A pesar de estas preocupaciones legítimas sobre TikTok, la solución no radica simplemente en prohibir la aplicación. En su lugar, se necesitan regulaciones más estrictas sobre la protección de datos, así como una mayor claridad en las obligaciones de las grandes empresas tecnológicas respecto a su impacto social. Mientras que la Unión Europea avanza con legislaciones innovadoras como el GDPR y la Ley de Servicios Digitales, Estados Unidos todavía carece de una legislación federal integral sobre privacidad de datos.

Investigaciones recientes muestran una significativa falta de equilibrio en la protección de datos en distintos estados de EE. UU., con iniciativas como la American Privacy Rights Act que, aunque presentadas, no han avanzado significativamente. A medida que las prioridades legislativas pueden cambiar con la llegada de una nueva administración, la prohibición de TikTok podría generar más problemas en términos de derechos civiles, como la libertad de expresión y el acceso a la información, que soluciones efectivas.

Los funcionarios estadounidenses deberían centrarse en los problemas fundamentales relacionados con los modelos de negocio basados en la vigilancia en lugar de imponer prohibiciones arbitrarias. Como expresó Lauren Armistead, Directora Adjunta de Amnesty Tech, es crucial que se introduzcan regulaciones que aborden a todas las plataformas tecnológicas para proteger efectivamente los derechos humanos en la era digital.