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A 30 años, Star Trek Generations inmortalizó un momento clave en la franquicia de ciencia ficción.

En 1994, "Star Trek Generations" representó un momento fundamental en la historia de la franquicia, ya que permitió la transición del elenco original a "Star Trek: La Nueva Generación". Sin embargo, ¿es realmente una buena película?

Star Trek Generations se estrenó en noviembre de 1994, en un momento clave de popularidad para la franquicia. La serie Star Trek: The Next Generation había emitido su episodio final seis meses antes, manteniendo un gran éxito en audiencias, lo que podría haber llevado a más temporadas. Sin embargo, con el reciente lanzamiento de Deep Space Nine y la inminente llegada de Voyager, se decidió que era el momento adecuado para llevar The Next Generation al cine, después de 178 episodios. Al juntar a los capitanes Kirk (William Shatner) y Picard (Patrick Stewart), la película marcaba la transición oficial de las aventuras cinematográficas de la tripulación original hacia la nueva generación. Sin embargo, este proyecto fue mal calculado, impulsado por el deseo de Paramount de aprovechar el entusiasmo de los fanáticos en un periodo donde escaseaban las producciones de entretenimiento de franquicias en los cines, especialmente de óperas espaciales. En términos de taquilla, la película fue un éxito, generando alrededor de 75 millones de dólares en el mercado nacional y 118 millones en total. Sin embargo, desde el punto de vista de la calidad y la recepción por parte de los fanáticos, Generations representó un golpe más para el legado de Star Trek en la pantalla grande, que ya había enfrentado críticas por anteriores entregas.

Parte de los problemas de Generations fue su momento de lanzamiento. The Next Generation había terminado en un aclamado episodio de dos partes, All Good Things…, que sigue siendo uno de los mejores de la serie. Por su parte, la tripulación de la serie original había concluido tres años antes con la elegante Star Trek VI: The Undiscovered Country, donde Kirk transmitió claramente la franquicia a The Next Generation en su último log de capitán. La conclusión de ambas iteraciones de Trek había sido una despedida bien ejecutada. Sin embargo, los ejecutivos de Paramount, al no dejar pasar un tiempo, necesitaron una buena historia y mejor dirección que la de David Carson, quien había trabajado en televisión pero no en películas.

La idea de unir a ambos capitanes resultó interesante. En The Next Generation ya habían participado personajes icónicos como Spock, Scotty y McCoy, por lo que la incorporación de Kirk en el universo del siglo XXIV era muy esperada. Los guionistas decidieron hacer que ambos capitanes se encontraran en el Nexus, un lugar extra-dimensional donde los deseos moldean la realidad. Sin embargo, la única manera de acceder al Nexus es a través de un violento "ribbon" de energía que destruye todo lo que se acerca. A lo largo de la trama, Kirk recibe una muerte que se vuelve famosa por ser mal ejecutada y criticada por su pobre actuación, lo que sorprendentemente se incluye después de que su primera muerte en la película no funcionara como se esperaba.

La película intenta explorar el luto a través del personaje de Dr. Soran, quien busca volver al Nexus tras un trauma, lo que provoca un conflicto que podría haber sido el eje central de un episodio, pero que se ve relegado a un segundo plano en un filme que intenta incluir demasiados elementos clásicos de Star Trek. La aparición del elenco de TNG en un escenario de Holodeck se siente forzada, y el tratamiento de Worf, quien recibe un ascenso que parece tardar años, es una de las muchas indignidades que se apilan sobre su personaje.

Además, la caracterización de Data, quien intenta explorar su humanidad mediante un chip emocional, cae en la parodia con escenas que rozan lo ridículo. Aunque la película incluye momentos icónicos y referencias, no logra capturar la esencia de la serie original, tanto en su narrativa como en su presentación visual.

La producción de Generations también se enfrenta a problemas visuales significativos. La dirección de fotografía no logra replicar el estilo visual bien equilibrado de TNG, eludiendo su iluminación característica en favor de un tono más oscuro y dramático, que no se alinea con la serie. Esto provoca una desconexión que se siente en cada escena. La elección de locaciones y los efectos especiales también dejan mucho que desear, remitiendo a la audiencia a recordar filmes anteriores que estaban mucho mejor realizados.

En resumen, aunque Star Trek Generations logró un despegue en taquilla, se encuentra entre los eslabones más débiles de la franquicia, dejando a los fanáticos con la sensación de que algunas historias y personajes pueden estar mejor en la memoria que en una nueva interpretación cinematográfica.